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miércoles, 22 de enero de 2020

Everybody knows the rules

"Todxs conocemos las reglas" le dice el enojado presidente francés Macron, a un soldado israelí que lo escolta incluso dentro de la iglesia Santa Ana que pertenece al gobierno francés.

Un soldado que escolta un presidente probablemente conozca las reglas pero también conoce las reglas que el Estado de Israel le ha enseñado: la ley del más fuerte, la ley de los facts on the ground.

La regla de la anexión de los territorios como Jerusalén Este -ese mismo lugar que todos los medios llaman Israel olvidando que es una flagrante violación al derecho internacional1- o como los Altos del Golán de Siria o las propuesta de los candidatos en las próximas elecciones israelíes para anexar el Valle del Jordán de Palestina.

El soldado conoce las reglas de la ocupación, donde las vidas de lxs israelíes (y no todas por igual) valen más que las de lxs palestinxs. Conoce perfectamente que generará reacciones y enojos pero sabe que la ocupación se impone por la fuerza, no por la diplomacia, ni la política de los acuerdos de paz. Su mismo Estado le ha enseñado esta lección toda su vida.

La regla es sencilla y es que al Estado de Israel poco le importan las condenas internacionales de Naciones Unidas, no retrocede un centímetro de muro por la condena de la Corte Internacional de Justicia2, tampoco se sonroja cuando bloquea cada día la Franja de Gaza con sus dos millones de personas encerradas en un lugar declarado "inhabitable" para este año3. Poco parecen afectarles las demoliciones de casas4, los checkpoints5, lxs 5000 presxs politicxs palestinxs en sus cárceles6, lxs miles de asesinatos7, los bombardeos, las colonias8, los cotidianos ingresos a Al Aksa9, entre tantos otros cotidianos hechos.

Porque al final ahí están: presidentes de países importantes y otros, que adulan su compromiso contra el racismo, el antisemitismo y conmemoran el Holocausto. Ahí, en territorio anexado en flagrante violación de los derechos humanos.

Es que el soldado, en realidad, conoce las reglas mejor de lo que Macron piensa.


1Resolución 478 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptada el 20 de agosto de 1980, da cuenta de la violación al derecho internacional del Estado de Israel.
2Opinión Consultiva de la Corte Internacionalde Justicia sobre las consecuencias jurídicasde la construcción de un muro en el territorio palestino ocupado https://www.icj-cij.org/files/advisory-opinions/advisory-opinions-2004-es.pdf
3Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD)

sábado, 4 de junio de 2016

Como sino existieran

Me siento en el avión, vuelo hacia una escala inútil, de esas que toman dos aviones a un lugar que era mucho más cerca que cualesquiera de las conexiones.
Me desplomo en el asiento, calculé mal los tiempos y tuve que correr para no perder este vuelo desde el JFK en NYC.
Cuando recupero el aliento la conversación que mi vecino tiene con una chica del otro lado del pasillo llama mi atención: habla de los túneles y las bombas, las armas y le muestra fotos, no puedo evitar mirarlo aunque intento disimular. Habla de su experiencia en Israel, así llama indistintamente a Tel Aviv, el valle del Jordán, Haifa y Jerusalén. Ella lo escucha atenta.
En su muñeca con la que extiende el celular mostrándole las fotos puedo ver pulseras con la bandera israelí y la sigla IDF (fuerzas israelíes).
Hablan de los soldados israelíes, con admiración ella dice "Pensás que van a ser diferentes pero son tan parecidos a nosotros", dice que los soldados son héroes.
El sigue contándole las historias de los soldados y sus batallas, los túneles y los vuelos de las fuerzas israelíes. Pero pareciera que esos soldados están completamente solos porque nunca mencionan a los palestinos, como sino existieran.
Todo lo que cuentan parece un cuento de valientes, donde israelíes y judíos son sinónimos, palabras intercambiables, donde la comida es maravillosa, las frutas excelentes y los soldados la figura más respetada.
No voy a sacar justo ahora mi libro de Omar Barghouti sobre BDS que me regalaron, no puedo dejar de pensar que hace unos pocos días le han impedido salir de Israel.
Me pongo los auriculares, prefiero escuchar música y dejar que el vuelo me lleve a cualquier lado. 

miércoles, 25 de mayo de 2016

La Nakba sigue

El pasado 14 de mayo me invitaron de la Embajada del Estado de Palestina a una mesa de derechos humanos que compartí con Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, José Schulman de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y Linda Dar Issa de la Embajada. Las actividades se realizaron a lo largo de la jornada para recordar la Nakba, la catástrofe.
Comparto lo que escribí para la ocasión:

Quiero hablarles de un lugar y una familia.
El lugar del que quiero hablarles se llama Al Walaja, un pueblo cerca de la ciudad de Belén y que tiene muy cerca dos colonias ilegales construidas por Israel: Gilo y Har Gilo.
Pero esto de vivir cerca de colonias ilegales es algo que le pasa a muchas ciudades en Palestina.


Los habitantes de Al Walaja son refugiados. Muchos de ellos antes vivían donde está la colonia ilegal Gilo hoy. Pero sus pobladores fueron desplazados en el 48, en la Nakba, y una parte pudo asentarse no muy lejos, donde están ahora.
Pero eso de ser refugiados es algo que le pasa a 5 millones de palestinos hoy.
Al Walaja estará rodeada por el muro de concreto que construye Israel que roba tierras, destruye olivos, va demoliendo casas palestinas y atrapa gente y familias, como la de Omar.
Pero eso de estar rodeados por el muro es algo que le pasa a muchas otras ciudades en Palestina, a toda Gaza y en casi toda Cisjordania.
La familia de Omar y Eman con sus tres hijos viven en Al Walaja. Cuando los visitamos con otros acompañante ecuménicos en 2012, sus hijos tenían 10, 8 y 2 años. Su casa quedó, por decisión de Israel, del otro lado del muro.
Pero eso de quedar del otro lado del muro es algo que le pasa a muchas familias en Palestina, en lo que se conoce como la “seam zone”.
Como la casa de Omar quedó del otro lado del muro, Israel, por orden de la corte,  construyó un túnel que conecta su casa con lo que queda de Al Walaja, y propuso poner un cerco eléctrico alrededor de su propiedad.
No la pueden demoler porque Israel les reconoció la propiedad en los 80. Por estar en Area C, no pueden construir ni hacer remodelaciones. La construcción del muro y el túnel al lado de su casa generó fracturas en las paredes que no pueden arreglar porque podría interpretarse como remodelación y dar excusas para la demolición.
En abril de 2013, cuando apelaron la medida, la Corte resolvió que su casa no será rodeada por una alambrada, en cambio, el túnel subterráneo será bloqueado con una puerta y una valla. La familia tendrá una llave de la puerta al túnel, que podrán usar bajo ciertas condiciones:
-sólo ellos pueden utilizar el paso subterráneo libremente;
-todas las visitas a la casa de la familia deben coordinarse con autoridades israelíes 48 horas de antelación, incluyendo todos los detalles del número de visitantes y el propósito de su visita;
-no más de diez visitantes se les permite en un momento dado, y las visitas deben terminar antes de la medianoche;
-la vía de paso no se puede utilizar para el comercio o para el transporte de materiales de construcción.
Además, la construcción de la casa y sus alrededores está absolutamente prohibido.
Cuando el muro termine de ser construido en Al Walaja, la familia de Omar será separada del resto de la población, van a vivir con el temor de que les saquen la llave del túnel que lleva a su casa.
Pero eso de tener una entrada exclusiva les pasa a otros en Cisjordania.

Esta familia es especial porque cuando llegás a su casa Omar te muestra el patio con los olivos y te explica cómo, hace mucho tiempo en ese lugar, se hacía aceite de oliva en los huecos de las piedras.
Eman te ofrece un te con menta y azúcar bien caliente y te invita al living de su casa y Muhammad, el más chiquito, el de la foto, te recibe en la puerta.
Es especial porque le pone nombre y vida a lo que pasa en Palestina. Nos permite entender que atrás de las cifras que siempre se refieren, hay personas.

Este lugar del que les cuento, Al Walaja, y esta familia de Omar y Eman, nos dicen que la Nakba no se terminó, que la catástrofe sigue. Hoy hay nuevos desplazados forzosos en Palestina y millones de refugiados que no pueden volver y eso nos interpela a nosotros que defendemos los derechos humanos de ayer y de hoy para construir un mañana donde la catástrofe no sea más parte del presente.
Que no nos quieran vender otra teoría de los dos demonios, hay un Estado que es responsable de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, un Estado genocida, que es el Estado de Israel.




miércoles, 2 de marzo de 2016

El error que termina en muerte es la ocupación

Suelo leer los diarios, y después de haber estado en Palestina, sigo las noticias sobre Palestina e Israel atenta.
Hoy Página/12 publica un artículo "Un error que terminó en muerte" para comentar un episodio en que dos soldados israelíes entran de noche en un campo de refugiados y son atacados.

El artículo obvia el contexto donde los jeeps israelíes con soldados armados para la guerra entran de noche en campos de refugiados y ciudades palestinas cotidianamente. Despertando a quienes viven en las casas, se llevan presos a sus habitantes sin órdenes judiciales, les tapan los ojos y atan las manos; a veces sólo lo hacen para amedrentar a las familias o como "ejercicios" militares: el ejercicio de amedrentar, maltratar y humillar a las familias palestinas en el medio de la noche. 

Quienes fuimos acompañantes en los territorios ocupados hemos visitado campos de refugiados casi a diario en algunas ciudades y siempre nos recibían sonrisas y abrazos de niños y niñas que viven en difíciles condiciones. Maestras y madres preocupadas por la seguridad de sus hijos e hijas nos contaban sobre las incursiones nocturnas de las fuerzas israelíes. Hemos visto niñxs aterradxs ante la presencia de soldados israelíes, con sus armas largas de guerra.
Nosotrxs no necesitábamos armas ni equipos de guerra para entrar porque íbamos a dar clases de inglés o a acompañar alguna actividad cultural o religiosa. Nos reconocían y nos invitaban a tomar té con menta y azúcar o un café en sus casas.

Los campamentos de refugiados existen desde 1950, son tantos que Naciones Unidas tiene una agencia específica: Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) y quienes hemos vivido en los territorios sabemos que cada día son más los desplazados de sus casas: desde el 48 los mayores, desde el 67 y cada día con la construcción del muro, las demoliciones de casas y tantas otras razones producto de la ocupación.

El error no es haber manejado en la dirección incorrecta, el error es seguir ocupando los territorios palestinos.  

domingo, 15 de junio de 2014

El ABC de Cisjordania

Hay un mapa publicado por UN OCHA (Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios) que se llama "El ABC de Cisjordania" (click en la presentación Humanitarian Presentation -West Bank and East Jerusalem- y tener en cuenta que es de 2011), ese mapa muestra las áreas A, B y C que fueron producto de los acuerdos de Oslo.
El área A: un porcentaje pequeño de Cisjordania que concentra las partes más pobladas de las ciudades donde la Autoridad Palestina tiene el control militar y administrativo.
El área B: un porcentaje mayor que se condice con las ciudades de Cisjordania construidas donde la Autoridad Palestina tiene el control administrativo e Israel el control militar.
El área C: que es alrededor del 60% de Cisjordania donde Israel tiene el control administrativo y militar.
Esta es la teoría, pero quienes hemos ido a Palestina y vivido ahí sabemos que el área A es visitada frecuentemente por los militares israelíes realizando detenciones de noche y de día.
Sabemos que las áreas A y B están ya suficientemente pobladas y que por más permisos que la Autoridad Palestina pueda dar para construir no hay espacio y las familias empiezan a construir en área C donde Israel no les dará permisos y demolerá sus casas una y otra vez.
Pero hay otro ABC de Cisjordania que también nos muestra el mapa:
A de anexión unilateral de Jerusalén por parte de Israel.
B de barrera que recorre, no por la línea verde, sino metiéndose en territorio palestino, tomando tierras que quedan de facto del otro lado, barrera que a veces es muro o alambrada que divide palestinos de palestinos y palestinos de sus tierras cultivables en la mayor parte de su recorrido.
C de Colonias que se distribuyen en todo el territorio y contra toda ley. Porque está prohibido para la potencia ocupante llevar civiles a vivir en el territorio ocupado, pero eso a Israel no le importa. Dice que le importa la seguridad de sus ciudadanos y los manda a vivir en el medio del territorio ocupado.
***
Ayer fueron secuestrados tres israelíes en Cisjordania, es terrible.
Netanyahu dice que la responsabilidad es de la Autoridad Palestina, aunque sea en área C. Es ridículo, ¡ya quisiera la Autoridad Palestina tener el control administrativo y militar del área C y sería otra la historia!
No importa si eran colonos o no, son ante todo personas. Al igual que los niños y hombres palestinos que las fuerzas militares israelíes se llevan detenidos cada día sin avisar, son secuestros deleznables.
Pero cuidado, no caigamos en la teoría de los dos demonios. Esos secuestros no son comparables. No es lo mismo cuando el que secuestra es un estado que cuando lo hace un grupo terrorista.
Y otra vez ¡cuidado! No naturalicemos que haya civiles de la potencia ocupante en el territorio ocupado.
Y al fin ¡más cuidado! No olvidemos que hay israelíes que van a las ciudades palestinas a menudo, que tienen amistades palestinas y las visitan, que todos lo saben aunque esté prohibido en área A.
Y sin más ¡cuidado! Con seguir políticas que plantean la dicotomía como única solución, donde sólo hay buenos o malos, ellos o nosotros.



miércoles, 22 de mayo de 2013

Dar testimonio

Ayer fui testigo en el Tribunal Ético a la ocupación y colonización por Israel en Palestina que se realizó en Buenos Aires.
Lo único que tuve que hacer fue contar, rememorar algunas cosas de aquellas que se habían tornado en la realidad cotidiana durante tres meses en Palestina, en el checkpoint 300 en Belén. 
Apenas tuve un tiempo para mencionar el recorrido básico del puesto de control. Apenas pude hablar de la humillación de esperar horas para cruzar de un lado al otro de un muro ilegal. De la línea humanitaria que de "humanitaria" sólo tiene el nombre. Hablé de la seam zone.
Pero pude hacer algo que no había hecho. Pude llorar.
Fue un instante en que todas las situaciones de dolor, bronca e impotencia que vi en Palestina se juntaron y por fin me dejaron llorar.
Porque no se puede llorar cuando una está ahí y tiene que ser fuerte y mostrar que lo soporta, que es como un bastoncito en el cual quienes sufren día a día pueden apoyarse un ratito a descansar de tanta cosa.
Hay cosas que no se pueden olvidar. Es como si esas cosas no se olvidaran de una. Entonces vuelvo a sentir el gusto al té con menta y azúcar. A ver los mil mapas desplegados en mesas ratonas de los living palestinos. A ver las fotos de las casas destruidas y los escombros a mi alrededor.  Cierro los ojos y puedo casi escuchar las obras de extensión del muro en Al Walaja... Veo ahí los olivos talados y las colonias en expansión permanente.


viernes, 23 de noviembre de 2012

Israel, Palestina y Sudáfrica


23 de noviembre, aeropuerto de Johannesburgo

Hace un año estaba en un aeropuerto, igual que hoy. Llegaba a Ben Gurion a empezar los tres meses de voluntariado como acompañante ecuménica en Belén, Palestina.
Hace un año empezaba a descubrir lo que es el conflicto palestino israelí, lo que significa para la gente que allí vive. Cómo se vive en conflicto.
Anteayer se declaró el cese del fuego de la operación “Pilar defensivo”, una nueva operación en la que Israel volvió a practicar el terrorismo de Estado contra la población que -quiera o no reconocer- controla y de la cual es responsable según leyes internacionales.
Y hay que hablar de los misiles que parten desde Gaza, pero no se puede hacerlo del mismo modo que de las acciones del Estado de Israel simplemente porque uno es un Estado y lo otro un grupo armado. Comparar sin mencionar esto se llama teoría de los dos demonios.
¿Es verdad que se preocupan por la población en Gaza? Porque las personas, antes, durante y después de los bombardeos israelíes siguen sitiadas.
¿Alguien cree seriamente que con el cese del fuego se logra algo más? No digo que no salva vidas, que es obviamente mejor no ser bombardeadx. Sin embargo ¿para qué? ¿Para seguir así como están?
***
Me preguntó si era optimista o pesimista con lo que estaba pasando en Gaza, como había estado en Palestina y podía tener una mirada más cercana... Le dije que eso no importa. Igual no cambia lo que pasa, le dije. No suma. Hay que trabajar para que la vida de esa gente cambie para mejor.
La evaluación de cómo fue, que la haga la historia.
Me miró y se quedó callado. Creo que entendió que en esto de creer de que toda persona vale por el hecho de ser humana, no hay optimistas y pesimistas. En esto de no querer la injusticia y el sufrimiento de nadie, las metas pueden ser a eterno plazo.
***
Hoy estoy en Sudáfrica. Hace unos días vi un documental llamado “Road to Apartheid” que es básicamente una búsqueda de similitudes y argumentaciones en relación a por qué Israel sigue el modelo sudafricano.
Es raro estar en Sudáfrica escribiendo esto. En el mismo día que hace un año atrás llegaba a Israel.

domingo, 17 de junio de 2012

Cómo explicar lo inexplicable

Hace dos viernes cumplí con una de mis tareas luego de la vuelta de Palestina, explicarles a mis compañerxs de la APDH, en una presentación interna, de qué se trató mi vida en Belén durante tres meses.
Estaba nerviosa.
¿Cómo resumir en una hora y media el conflicto palestino israelí, la situación actual, mi experiencia personal y además dejar espacio para las preguntas?

Lo mejor de la presentación creo, fue el mapa que tomamos prestado de las presentaciones de UNOCHA que explica Cisjordania A, B y C, línea verde, colonias, barrera... Ese creo que es un comienzo acertado.
Después de la introducción elegí dos casos, de esos de todos los días, que muestran la locura en la que viven lxs palestinxs y que también muestran que no todxs los israelíes están de acuerdo con lo que hace el Estado de Israel.

Ejemplo 1: checkpoint 300 de Belén a Jerusalén. Casi tres mil personas entre las 4 am y las 7 am cada mañana. La locura de los permisos. Lo indecible de la frustración y el maltrato. El extraordinario trabajo de Machsom Watch.

Ejemplo 2: la historia de Omar y su familia, "el hombre del túnel" como lo llaman en Al Walaja. Usamos un video de Al Jazeera que resume en dos minutos lo que el muro va dejando a su paso.

Lo más difícil será que nada tiene que ver con el sentido común lo que pasa. Las preguntas fueron directas ¿no es obvio que con la construcción de una barrera así se genera más inseguridad de la que se quiera prevenir? ¿no es obvio que esa barrera no busca la seguridad? ¿no es obvio que el aumento de colonias van en detrimento de la opción de los dos estados? Todas cuestiones lógicas, que desde un lugar tan lejano se ven con mucha claridad.

Me acuerdo un día que nos llevaron desde el Programa a visitar Sderot, una señora muy amable nos explicó sus preocupaciones y miedos con los misiles de Gaza que es la ciudad vecina aunque rodeado por el muro. Le preguntamos qué pensaba de la barrera alrededor de Cisjordania y ella opinó que si bien mucho no le gustaba, le daba seguridad. Fue allí cuando el conocimiento de cada unx de quienes vivíamos en esos días en Cisjordania hizo notarle que al no estar completa la barrera, había muchos pasos no controlados y abiertos por los que, incluso algunxs de nosotrxs, habíamos pasado... Se sorprendió. Ella, que había vivido allí en Israel toda su vida, simplemente no sabía que la barrera no estaba completa.
Después de algunas presentaciones en estos meses me vuelve este recuerdo de Sderot, una ciudad con refugios antimisiles por todas partes.

Hay una constante, la constante de no saber de lxs otrxs. Es que hace falta seguir contando lo que pasa en Cisjordania acá en Buenos Aires y en Latino América pero también en Israel.

viernes, 18 de mayo de 2012

Obediencia debida

Llego a las 4 am al checkpoint y me paro en la salida desde donde puedo contar las personas que pasan por el molinete. Ahí nomás está la garita donde la soldado de hoy es la encargada de abrir y cerrar. De inspeccionar y dejar pasar o no.
Es una soldado nueva. Cuando ya pasó un tiempo les conocés las caras, los modos y los horarios a cada unx. Ella es nueva y me doy cuenta porque tiene rastas. No la había visto antes.
Una está llena de prejuicios, como todxs.
Me imagino que si me la hubiera cruzado en otra situación, quien sabe con amigxs o qué, capaz hubiese sido una potencial amiga. No importa. Ahora eso no importa. Al menos esa imagen me predispone bien.

Son las 5 am y el molinete no abre. Es tarde. A las 5 ya deberían dejar pasar, muchos de los permisos son desde esa hora.
Entonces decido acercarme a la soldado. Golpeo el vidrio blindado de la garita para llamar su atención y poder hablarle. Me mira a los ojos, es una buena señal porque muchas veces te ignoran. Le digo 'buenos días' y me contesta. Otra buena señal. Entonces le pregunto si ya va abrir, que es tarde, que a las 5 normalmente ya dejan pasar.
'Sigo órdenes' me dice y ya no me mira.

Con ella se puede hablar así que insisto: '¿podrías preguntar por qué no abren? ¿si hay algún problema?' Le molesta que insista y me vuelve a mirar ya sin tanta paciencia. 'Ellos me tienen que decir cuando puedo abrir. Sigo órdenes.' Me dice tajante.
Le agradezco. Será porque me respondió, que no es poco.

No puedo dejar de pensar en la obediencia debida. No puedo entender que no aprendamos nada.
Quiero preguntarle qué se le cruza por la cabeza cuando me contesta eso. ¿Le importa? ¿Se da cuenta?

Anoto en la libretita: 5.15 am Hablé con la soldado y pregunté por qué no abre aún. Contestó que sigue órdenes.

miércoles, 4 de abril de 2012

Odiosas las comparaciones, terroristas los Estados

Cuando pasa un poco el tiempo empezás a procesar mejor lo que viste, lo que pensaste y hasta lo que sentiste.
Eso me pasa. Porque una aprendió -nuestra historia será- que no hay que olvidar.

Hannah Arendt habló de la ciudadanía y explicó que es "el derecho a tener derechos". No fue casual su reflexión, fue su vida y el nazismo que la llevaron a pensar sobre estas cosas.
Perseguida por su origen judío en la Alemania nazi, le sacaron su ciudadanía alemana. Porque ese era, entre otros, uno de los pasos del régimen nazi para masacrar. Hannah fue entonces apátrida y se refugió en los EEUU, donde después consiguió la ciudadanía de ese país.
Es que la Alemania nazi sabía que sin la ciudadanía les quitaba a esas personas los derechos.
Esas cosas hacen los Estados terroristas.

A pesar de tanta globalización los Estados siguen siendo la garantía final de los derechos de sus pueblos, o de sus nacionales, según el caso. La ciudadanía tiene eso de incluir y excluir al mismo tiempo. De proteger y discriminar.

La Corte Penal Internacional no va a investigar si hubo crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza en lo que se denominó la "Operación Plomo fundido" porque dice que la Autoridad Palestina no es un Estado reconocido por las Naciones Unidas.
Lxs palestinxs son apátridas en tanto las Naciones Unidas no reconozcan a Palestina (como ya lo ha hecho un gran número de países en el mundo -pero no los poderosos-). Porque si no tienen Estado no pueden tener ciudadanía. Y sino tienen ciudadanía pierden su derecho a tener derechos. El derecho a que haya un juicio y castigo por les pasó y por lo que les pasa.

Odiosas las comparaciones de lxs apátridas judíos con lxs apátridas palestinxs.

Por eso la importancia de un Estado para el pueblo judío, por eso Israel.
Por eso la importancia de un Estado para el pueblo palestino, por eso Palestina. 

Los únicos terroristas definidos son los Estados, los otros terroristas son los que cada uno quiere porque no hay definiciones consensuadas. Los otros son los que quedan a tamaño exacto de las necesidades de los imperios o los poderosos para "defenderse".
Odiosos los Estados terroristas.

lunes, 12 de marzo de 2012

Vivir bajo ocupación


¿Pero qué es la ocupación? Es la pregunta que vuelve a mi cabeza cada vez que pienso en los tres meses vividos en Palestina.
Porque no hay definiciones de tratados internacionales que alcancen.
A mí no me alcanza para explicar lo que es vivir bajo ocupación.

El Estado de Israel viola derechos garantizados para la población que ocupa. Eso está claro y ha sido condenado en múltiples y diversas ocasiones por organizamos internacionales, por otros Estados y por muchas organizaciones de derechos humanos.
Vivir bajo ocupación es algo que pasa en la vida diaria de cada palestinx. Es para lxs niñxs ir a la escuela con soldados que les apuntan y revisan sus mochilas. 
Es para lxs trabajadorxs cruzar puestos de control esperando horas y con el trato o destrato de lxs soldados y seguridad privada de ese día.
Es la incertidumbre de cuándo demolerán la casa que tiene orden de demolición, dejada en el patio.
Es no tener derecho a la justicia civil, porque siempre vendrá una corte militar.
Es desear que llueva para poder tener agua porque la administración de los asuntos civiles de los ocupantes no se preocupan.
Es la detención administrativa por semanas y meses sin cargos ni explicaciones desde los 12 años o menos.
Es desear que la tierra no sea confiscada cuando el muro se construye cerca. O que la violencia de los colonos no llegue a matar.
Es el muro que avanza como “la nada” de la historia sin fin.


La ocupación no es estática. Se mueve cada día. Arrestando, maltratando, haciendo sufrir.
La ocupación es un proceso militar. Con todo lo que ello significa para quienes en Latinoamérica sabemos lo que implica.
La ocupación está presente en cada uno de los actos de la vida de lxs palestinxs. Ocupa las calles con torres de control, las casas con controles militares, la escuela con amenazas cuando no son gases lacrimógenos, ocupa las esperanzas de muchxs de lxs palestinxs.

La ocupación va tomando y deformando la dignidad de los israelíes que la justifican con argumentos de seguridad inconsistentes, que les hace perder sus derechos también. La ocupación los obliga a censurar su posibilidad de pensar y preguntar, de ver y criticar.

La ocupación hace que cuando preparás la mochila para irte definitivamente tengas que elegir a conciencia qué libro llevar y qué no, y el resto mandarlo por correo postal porque “el material subversivo se manda por correo”. Eso es la ocupación, está hasta en tu mochila de regreso, en el aeropuerto cuando te revisan y te preguntan “qué hiciste” “dónde estuviste” y te aclaran que es por tu seguridad.

La ocupación no es todo aunque tiene anhelos colonizadores. Cada vez quiere ser más grande, fuerte y poco a poco ocuparte también.

martes, 28 de febrero de 2012

Tan lejos, tan cerca

Llegamos a su casa. Khalet trabajaba hasta finales de diciembre en una escuela de la colonia Betar Illit.
La familia es de Husan, un pueblo no muy lejos de la colonia.
Nos muestra las cicatrices que aún se están curando, nos dice que no ve bien. 
Cuando estaba en la cocina preparando el café -29 de diciembre a las 9 am- vio que alguien venía pero no prestó atención. Sintió un golpe en la espalda y cayó al piso. Una persona con la cara cubierta le pegaba, con un cuhillo de la misma cocina le cortó la cara, las orejas y algunas veces los ojos. El logró estirar el brazo, correrle la tela y verle la cara. Ahí el colono que había sido reconocido se fue corriendo. Khalet quedó sangrando y fue al segundo piso por ayuda, se desmayó.
Llegó la ambulancia israelí que le dió asistencia básica, llegó la policía israelí que se lo quería llevar -así como estaba- a declarar. Por primera vez dejaron entrar en la colonia una ambulancia palestina que tuvo que discutir con la policía israelí para llevarlo al hospital.
Estuvo dos semanas internado. (El ataque salió en algunos medios)
No tiene más trabajo, no lo recompensaron y lo que más lamenta es que su jefe ni siquiera lo llamó. Lo dice con dolor porque "hasta venía a comer a veces".
Al colono que lo atacó, que él puede reconocer, lo liberaron. Dice que no espera nada de la corte.
No puede volver a trabajar en la colonia, incluso cuando se mejore no le darán permiso, él tampoco quiere ir más.

Estamos en el living de su casa con todas las generaciones de su familia: abuela, madre, esposa, hermano, hijos y primo.
Nos preguntan de dónde somos. Digo "Argentina" y los dos hijos empiezan a preguntar sobre fútbol.
Es como estar hablando con cualquier pibe de barrio. Les gusta el fútbol, les gusta Messi.
Me invitan a su habitación para mostrarme los tres póster: la selección brasilera, la argentina y el barca. 

Tan lejos me sentí cuando él explicaba lo que le había pasado, es tan difícil de procesar, que se toma distancia. Pero de repente tan cerca con esos pibes que hablan de fútbol. 

sábado, 4 de febrero de 2012

Las banderas no son trapitos

"Las banderas no son trapitos" dijo el canciller Timerman hace un par de semanas.
Las fotos son en territorio palestino ocupado por Israel: Shuhada Street en Hebrón y en una marcha en Al Ma'sara en el distrito de Belén.


viernes, 27 de enero de 2012

Mujeres contra la ocupación y por los derechos humanos


Entrevista a Sylvia Piterman

Su celular no deja de sonar en toda la entrevista. Recibe llamadas tres veces por semana pero no alcanza, su línea colapsa más de una vez.
“Sos popular”, le digo y se ríe.
Con su hablar sereno y pausado, Sylvia explica y asesora. Esa es su “profesión” desde que se retiró de su otra profesión: economista. Dejó de trabajar para seguir trabajando contra la ocupación.
Llegó de Argentina a Israel en el año '66. Sus padres no estaban muy contentos con su decisión pero cuando la última dictadura militar empezaba a cercarlos, ellos también fueron a Israel en el '77.
Sylvia es reconocida en Machsomwatch1 por ser especialista en listas negras de los servicios de seguridad de Israel. Escucha cada caso y asesora. A veces en hebreo, a veces en inglés y un poquito en árabe.

Presentación y alguna introducción

¿Qué hace Machsomwatch? El trabajo con listas negras y permisos

La ocupación

Organizaciones mencionadas:
B'tselem Centro de información israelí por los derechos humanos en los territorios ocupados.
Ta'ayush Israelíes y palestinos luchando juntos para terminar con la ocupación israelí y lograr la igualdad a través de acciones-directas no-violentas.
ICAHD Comité israelí contra la demolición de casas.
Paz ahora en hebreo “Shalom ajshav”

Vocabulario:
-Checkpoint o puesto de control: los puestos de control se encuentran dispersos a lo largo y anchos de los territorio palestinos ocupados e impiden la libertad de movimiento de los palestinos. De acuerdo a UNOCHA actualmente hay 95 checkpoints: 9 sobre la línea verde, 60 en territorio palestino que funcionan permanentemente y 26 checkpoints parciales, es decir que no funcionan todo el tiempo.
-Oficinas de la administración civil: dependiente de la ocupación militar para asuntos de los civiles en los territorios ocupados. En estas oficinas se tramita la tarjeta magnética, algunos permisos en caso de urgencia y otros asunto de carácter civil. Estas oficinas emiten todos los permisos que son distribuidos a la población por intermedio de unidades de coordinación palestinas.
-Listas negras de los servicios de seguridad o Blacklists. De acuerdo a Machsomwatch hay alrededor de 180.000 palestinos en las listas negras de los servicios de seguridad israelíes.2
-Knesset: parlamento israelí.
-Area C: Los acuerdos de Oslo dividieron a Cisjordania en Area A, B y C de acuerdo al control civil y militar. El área C está bajo control civil y militar israelí y conforma el 62% del territorio palestino ocupado. Machsomwatch produjo un material audiovisual que se titula “Area C” (en mayo de 2010) que muestra en la práctica lo que implica vivir en área C para los palestinos.

1MachsomWatch Mujeres contra la ocupación y por los derechos humanos. “Machsom” en hebreo quiere decir punto de control o checkpoint.
2Invisible prisoners. Palestinians blacklisted by the General Security Services. Machsomwatch. Segunda edición 12/2009.

martes, 3 de enero de 2012

Beduinos

Cerca de Jerusalén hay beduinos. Que alguna vez fueron nómades.
Viven en el desierto y también son refugiados.
Hay más de una comunidad, son pequeñas, Jahalin es su nombre.
Una comunidad en particular se destaca porque ha construido la escuela para los niños y niñas con gomas de auto viejas (foto). Porque si no, no tenían escuela.
La escuela tiene orden de demolición porque el gobierno de Israel no les da permisos para construir, como lo hace en la mayoría de los casos para palestinos.
Los beduinos están en Jerusalén oriental, territorio anexado por Israel desde 1967.
Tienen problemas de acceso al agua, de vivienda, de educación, de acceso a su tierra... sufren violencia de los colonos y expansión de colonias que son ilegales. Pero parece que no alcanza, la realidad supera las fantasías.
Están amenazados de ser forzosamente desplazados a un basural (puede leerse el informe de UNOCHA sobre este caso en inglés Bedouin relocation: Threat of Displacement in the Jerusalem Periphery)
El resumidas la UNOCHA -Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas en los territorios palestinos ocupados- dice que:
1. Las comunidades de beduinos de palestina que viven en las colinas de Jerusalén oriental están en riesgo de ser forzosamente desplazadas.
2. Hay preocupación por el lugar propuesto al cual estas comunidades serán enviadas porque no cumple con estándares mínimos de distancia del basural municipal.
3. Las casas actuales de los beduinos están en un área estratégica para la expansión de colonias israelíes.
4. Las comunidades amenazadas, de las cuales la mayoría son refugiadas, intentan mantener su estilo de vida tradicional y han sufrido serios problemas que afectan sus condiciones de vida. Por ejemplo, violencia de los colonos, casas con orden de demolición...
Por si no alcanza con mis palabras les dejo un video que encontré en la web que habla de otros de los problemas de Jahalin (también en inglés)

martes, 6 de diciembre de 2011

¿Qué es el PEAPI? o ¿Qué hago en Belén?

El Programa Ecuménico de Acompañmiento en Palestina e Israel (PEAPI) busca apoyar los esfuerzos locales e internacionales para terminar con la ocupación y llegar a una solución justa y pacífica al conflicto palestino- israelí. El PEAPI se basa en el derecho internacional humanitario y las resoluciones de las Naciones Unidas.
El PEAPI acompaña a aquellxs que buscan terminar con la ocupación por medios no violentos. El Programa nace como respuesta a un llamado de los líderes de las Iglesias en Jerusalén y es coordinado por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI). El Programa es cristiano por naturaleza y lxs acompañantes ecuménicos (EAs) vienen de diversas fes o de ninguna.
Como dos pueblos, los palestinos e israelíes, tienen el derecho a la autodeterminación. La legítima necesidad de Israel a garantizar su seguridad es reconocida y garantizada por el derecho internacional.
Las colonias en Cisjordania son ilegales y el muro de separación (por tramos alambrada y en construcción en otros) es ilegal porque no se encuentra en territorio israelí.
El CMI aboga por una solución de dos estados. La violencia es en todas sus formas inaceptable.
La paz entre Israel y Palestina es en el interés de todas y todos.
En este marco estoy en Belén por tres meses, acompañando, monitoreando y ayudando.