jueves, 27 de julio de 2017

Una mañana un poquito más justa

Y un día la justicia le llegó a la justicia.
Y quienes se creyeron impunes y todo poderosos tuvieron su juicio y su condena.
Contó Pablo Salinas, uno de los abogados querellantes del IV juicio de lesa humanidad en Mendoza que, cuando presentaron la denuncia, uno de los acusados lo llamó para reirse de la denuncia y decirle que se dejaran de hacer pelotudeces. Así nomás. Que esa denuncia no iba a llegar a nada porque él era juez en el año 2010. 
En la noche luego de la sentencia, Pablo recuerda el episodio.
Siempre pensó y luchó porque nunca creyó que eran pelotudeces, porque la única lucha que se pierde es la que se abandona. Y no abandonó.
El tribunal falló culpable y le dio prisión perpetua al que lo había llamado, por ser cómplice de crímenes de lesa humanidad en el marco de un genocidio.
Hoy es una mañana un poquito más justa. 

El día que la Justicia recibió la condena, Página/12, 27 de julio de 2017.


sábado, 8 de abril de 2017

#VivasNosQueremos #NiUnaMenos

Suena como eslogan que se repite en las redes,
como hashtag que se hace trending topic,
como bronca que te atraganta,
como tristeza que brilla en tus ojos.

¿Podrá el capitalismo aprovechar este eslogan?
¿Podrá el patriarcado lavar sus culpas retwitteando?
Muestra la crueldad, sus garras,
que te tocan cuando no querés,
que te hieren, que te violan,
que te matan.

¿Podremos ser semilla de su propia destrucción?
Ser semilla no de lo que nos imponen, de lo que queremos germinar.

Se atraganta un grito en la garganta.
Se hacen lluvia las lágrimas.
No es un eslogan de campaña, ni un trending topic,
es que nos matan, nos asesinan.

jueves, 2 de marzo de 2017

Anoche

Esperaba el colectivo anoche, hacía calor sobre la avenida Callao.
Dos camionetas amarillas pararon de repente delante de mí e hicieron una maniobra inesperada cruzando a la vereda de en frente y dando marcha atrás para quedar justo a la altura de tres personas que dormían en un rincón.
Porque Buenos Aires es así y cada vez peor, testigo de la falta de vivienda de muchas personas y familias. También Buenos Aires resultó un lugar donde las camionetas de espacio público del gobierno de la ciudad solo paran para correrte.
Las tres personas se levantan rápidamente y agarran sus cosas mientras de una de las camionetas desenrollan una manguera que solo usarán para "limpiar" ese cuadrado de dos por dos donde estaban durmiendo. Todo el resto queda igual. No hay dudas que el único objetivo es sacar esa gente.
Me muestro sacando fotos, para que sepan que miro, que estoy ahí aunque sea la 1 am. Manguerean ese dos por dos.Levantan la manguera y se van.


Cuando las camionetas se fueron, las personas vuelven a dormir en el lugar en el que estaban.
Una señora se sienta en el banco de la parada en la que espero el colectivo y me pregunta la hora. Sé que no espera el colectivo. Hablamos del clima. Se queda dormida. Ella también está en situación de calle aunque lo disimula.
¿Y qué puedo hacer más que quedarme allí con ella hasta que despierte?
Se despierta y se va, en situación de calle a buscar dónde dormir y que no la molesten.
Yo también me voy en situación de desazón, de tristeza y de impotencia.
Llega el colectivo y la ciudad sigue como si nada.