viernes, 4 de noviembre de 2016

Mitos para desarmar

Mientras la Dirección Nacional de Migraciones aumenta los controles de permanencia aprovechando que ahora puede pedir DNI a cualquiera en la calle; personajes públicos salen a buscar chivos expiatorios cuestionando la igualdad de derechos y la tele nos recuerda que a pesar de todos los argumentos que tengamos, el discurso xenófobo seguirá latente y en funcionamiento, sin importar pertenencias políticas.

Es que es mucho más fácil repetir los mitos xenófobos que buscar la solución a los problemas que no son extranjeros, sino bien de este suelo.

Es mucho más fácil repudiar a los estudiantes extranjeros de la universidad pública que denunciar los temibles recortes de presupuesto a las universidades nacionales que -con o sin esta población- seguirán empobreciéndose como resultado de una política que busca desfinanciarlas y desprestigiarlas.

Es mucho más fácil escandalizarse con la igualdad de derechos para todas las personas que habitamos el suelo argentino, que llevar adelante políticas de inclusión y garantía de derechos.

Es mucho más fácil hablar del trabajo que “nos quitan” los migrantes en lugar de luchar contra el crecimiento de la desocupación que nos afecta a todos.

Es mucho más fácil decir que eso lo pagamos nosotros con nuestros impuestos como si cualquier persona que habita este suelo no pagara IVA y ganancias (cuando tiene el privilegio de tener un empleo formal).

Es mucho más fácil decir que el narcotráfico viene de otros países en lugar de hacernos cargo que si funciona es porque cuenta con la anuencia de decisores políticos, complicidad policial y judicial para funcionar.

Es que es mucho más fácil sostener mitos que enfrentarse con la realidad. La realidad que nos dice que ninguna política de corte xenófoba va a solucionar los problemas sociales de un sistema excluyente y degradante para la gran mayoría, sin importar de dónde sea cada quien ni qué documento muestre.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Palabras en el acto homenaje a Aldo Etchegoyen en el primer aniversario de su fallecimiento

Es difícil hablar hoy, porque las lágrimas buscan asomar y porque la presencia de Aldo nos hace falta.

Aldo era de esos que Bertolt Brech llamó los imprescindibles, porque luchó toda la vida.
Es por eso que éste es un homenaje necesario.

Podría hablarles de todas las luchas que Aldo llevaba pero no me alcanzaría el tiempo y creo que muchos de quienes estamos acá las conocemos, y por eso estamos acá.

Porque no puede resumirse en unas pocas palabras su compromiso con los pueblos originarios, su trabajo interreligioso, su tarea en la Comisión Provincial por la Memoria, su concreta ayuda para encontrar nietos apropiados durante la última dictadura, su claridad con los derechos del pueblo palestino, sus décadas de trabajo como referente de la APDH y de la Iglesia Metodista.

No pueden citarse todas las cartas abiertas que escribió y todas las situaciones en las que medió. No puede resumirse toda una vida defendiendo los derechos humanos en una carilla.

Aldo tenía ese sentido del humor que nos hace recordarlo con alegría, como cuando le dijo a Miguel, poco tiempo antes de morir, que tenía problemas del alma.
- ¿Del alma? le preguntó Miguel sorprendido.
- ¡Del alma-naque! Contestó Aldo haciendo gracia de su edad.
Contaba las historias de las luchas por los derechos humanos como historias que cuentan los abuelos, daban ganas de escucharlo porque tenía esa picardía en el relato... describía todo con las palabras justas.

Porque Aldo lograba encontrar las palabras justas, acertadas y serenas incluso en las situaciones más difíciles. Esas palabras que por más que siempre fueron cordiales nunca le quitaron lo valiente.

Recordarlo hoy a Aldo es fortalecer nuestra lucha (eso decía Aldo en el homenaje a Augusto Conte), la lucha de la APDH y la de todos los organismos de derechos humanos.

Pienso que el mejor homenaje que podemos rendirle a Aldo es seguir luchando cada día, como lo seguimos haciendo desde la APDH, aunque él nos falte pero con la certeza que está con nosotros cada vez que levantamos nuestra voz por la libertad de Milagro Sala,
que nos solidarizamos con el pueblo palestino,
que acompañamos a los Mapuches en Chubut y los Qom en Chaco y Formosa,
que visitamos las cárceles para denunciar la violencia,
que seguimos luchando por la memoria, la verdad y la justicia. Por los treinta mil compañeros detenidos desaparecidos. PRESENTES

Aldo ha sido un histórico luchador de los derechos humanos porque hizo historia con su lucha.
Por eso quiero decir, querido Aldo: “Tú no moriste contigo”.

1 de noviembre de 2016