viernes, 25 de noviembre de 2011

Lucky man

Alí, el taxista, es un tipo con suerte.
Lo imaginé desde que lo escuché hablar árabe y hebreo. Porque creí que eso le haría las cosas más fáciles y él lo confirma.
Su residencia en Jerusalén le da posibilidades que otros palestinos no tienen: puede salir de Jerusalén y vistar a su familia en Belén por ejemplo. Si no fuera por su permiso él no se vería con su familia. Los de Belén no tienen permiso para salir.
Su residencia en Jerusalén y su trabajo le permiten usar las autopistas de israelíes. Otros muchos no pueden.
Por si esto fuera poco él tiene un trabajo y aparenta un buen pasar. 
Pero su residencia en Jerusalén no alcanza para tanto. No puede visitar el este de su propia ciudad. Ese control para ver el muro de los lamentos no lo pasa.
Me sorprendió que se hable tan naturalmente de Jerusalén oriental y occidental, ¿no recuerda demasiado a otros momento históricos? 
Alí nació en Jerusalén pero no puede caminar sus calles por donde quiere.
El dice que tiene suerte, yo ahora lo dudo.

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