miércoles, 27 de julio de 2016

El reino del revés

Vamos a ver cómo es 
el reino del revés.

Y así partí el martes pasado a Jujuy, hace una semana, pero siento que han pasado meses, porque la distancia no sólo se mide en kilómetros.
No puedo sacarme la imagen de la marcha a 40 años del apagón, los trabajadores de Ledesma cortando la ruta y las compañeras de la Tupac en el penal de Alto Comedero.
Tenía que ser el día del amigo para que no le faltara la ironía a la visita a Milagro Sala.
A las 13 horas el sol arde en San Salvador y más en el penal donde muchxs llegamos para entrar -en grupos- a visitar a Milagro. Muchas otras personas, mujeres y niños, van llegando en el horario de visita a ver a sus seres queridos que están presos, como Milagro.
La lista en la que hay que estar, el DNI, la requisa, la espera, la caminata hasta el penal, las rejas, las llaves, y entrar. Nos recibe una mesa con mate, jugo y masitas en el patio del penal.
Hay niñxs jugando a la pelota que han venido a visitar a las presas.
Hay otras presas pero la más visitada es Milagro. Otras compañeras de la Tupac se acercan, hablamos con ellas también pero la guardiacárcel dice que no se puede.
Son compañeras de militancia pero las pusieron separadas contrariamente a lo que dicen las Reglas Mínimas de tratamiento a reclusos y otras personas privadas de libertad (ONU), pero no importa porque ni deberían estar ahí.
En el reino del revés lo que sorprende es que las cosas funcionen bien, y por ello nos asombramos del buen trato que nos brinda la guardia de la puerta. ¿Será por la cantidad de diputadxs que forman parte de la delegación?

Se respira la injusticia mezclada con el polvo de las calles de tierra.

Estoy cansada. Duermo diez horas antes de salir el día siguiente a la marcha por los 40 años de la Noche del Apagón. De Calilegua a Libertador Gral. San Martín caminamos con las banderas de los organismos y los familiares, con sindicatos, la Tupac lleva una gran bandera que dice: Libertad a Milagro Sala.
Es una columna importante y más aún cuando sabemos que, para muchxs, formar parte de esa marcha y vivir en Jujuy es un desafío al poder. Al poder económico del Ingenio Ledesma, que son los Blaquier, y al poder político que ha instalado un estado policial en la provincia.
Pero marchamos y los kilómetros se hacen cortos porque vamos acompañándonos. Por primera vez la marcha no termina en la plaza principal sino en el corte de la ruta 34 donde los trabajadores del ingenio azucarero han sido reprimidos hace unos días.

Llegamos al centro cantando:
¡Qué lindo, qué lindo, qué lindo que va a ser
cooperativa obrera la empresa de Blaquier! 

40 años y los trabajadores siguen siendo reprimidos cuando luchan por sus derechos.
40 años y en el reino del revés Milagro Sala está presa y Blaquier libre.